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16 de Marzo de 2013 (Jesús Álvarez Palafox/Club Cañeros).- Un cubano bastante optimista, no era un integrante más del Club Cañeros de los Mochis, digamos que alguien muy especial sobre todo en el desarrollo de aquellos jugadores jóvenes quienes buscaban la ansiada oportunidad. Ya con varias campañas fungiendo como preparador físico, Ronal Acosta González se había ganado el cariño y la admiración de sus compañeros.
El Gran Ronald, cuya figura en el campo de entrenamientos era inconfundible, ya no se verá más, el pasado viernes un traicionero ataque al corazón se lo llevo a los brazos del señor.
Una noticia que conmovió al mundo beisbolero, los comentarios en las redes sociales se dejaron ver el viernes por la noche “Murió el gran Ronal” decían muchos jugadores que convivieron por muchas campañas con este cubano que hizo de México su segunda patria y donde incluso formó a su familia.
61 años de edad, eran con los que contaba, desde su llegada de la isla a nuestro país, llegó con la consigna de ayudar a muchos peloteros jóvenes a desarrollarse físicamente.
El pasado viernes 15 de Marzo alrededor de las 10 de la noche conviviendo con jugadores en un restaurant, el preparador físico de los Cañeros se sintió mal y repentinamente cayó al suelo fulminado por un ataque el corazón. Desgraciadamente no se pudo hacer nada.
FORJÓ A VARIOS PELOTEROS JOVENES
En la pasada campaña de la Liga Mexicana del Pacífico, tuvimos la oportunidad de platicar varias veces con él, en la fase de los entrenamientos, en los juegos del rol regular y todo se centraba en aquellos peloteros que se venían desarrollando, algunos con mucho ahínco y otros como que sin muchas ganas.
“Mira, son muchos los muchachos que tienen cualidades, he visto pasar muchos cuyo futuro está en grandes ligas, pero si tú mismo no te ayudas, difícilmente puedes llegar” nos decía.
Ronal, colocaba la disciplina necesaria, pero también en muchas ocasiones batallaba. “Yo hago mi trabajo, pero que caso tiene que un muchacho que trabaje a fondo y que en una noche de farra tire todo lo realizado”, a la vez que observaba a los peloteros, especialmente a aquellos cuya rebeldía era evidente.
LLEGÓ PARA QUEDARSE
Desde hace muchos años, Ronal salió de Cuba para establecerse en México como preparador físico, en la actualidad su lugar de residencia era un pueblo cercano a los Estados Unidos en Tamaulipas, lugar donde forjó su residencia además de que se la facilitaba en su trabajo tomando en cuenta que en el verano trabajaba con los Sultanes de Monterrey y en las últimas temporadas fue enviado a la Academia del Carmen, Nuevo León.
Ronal Acosta González, conocía a la perfección su trabajo, no era el hecho de llegar y dar órdenes a los peloteros sobre lo que tenían que hacer, el trabajo era arduo, tomar al grupo, platicar y sobre todo llegar a las prácticas haciendo lo necesario para que llegaran en optimas condiciones físicas.
Quizá su figura para los aficionados pasaba en muchas ocasiones desapercibida, pero como mencionamos, era alguien especial dentro del equipo, no era un coach de bateo, un coach de pitcheo o bien alguien que enseñara a los jugadores a desarrollarse sobre el campo, era un preparador físico quien en muchas ocasiones criticaba a sus paisanos que llegaban con el apoyo del gobierno cubano a trabajar en nuestro país en las diferentes universidades.
Ronal Acosta, murió sin regresar a Cuba. “Quizá en cualquier momento, pero ahora no” nos decía cuando le preguntábamos si dentro de sus planes estaba el de regresar a la isla, máxime que en la actualidad llegaron otras leyes.
No fue muy a fondo, en cuanto a la explicación de las causas de su salida, pero era obvio, conociendo la historia de muchos antillanos que prácticamente huyeron de cuba.
“En mi país, hay muchos peloteros que pudieron o pueden ser millonarios, el máximo ejemplo es el (Al señalar a Pedro Luis Laso en los entrenamientos), el pudo haber hecho mucha plata su se hubiera animado a salir en su momento, pero prefirió quedarse” nos dijo.
Ronal, no era un cubano que hizo dinero en nuestro país, si no alguien que llegó y que encontró cobijo en nuestro país, no era de los considerados como alguien acomodado económicamente. “vivo feliz con mi familia en México y tengo todo para estar tranquilo, que más puedo pedir” nos dijo en aquella ocasión en los entrenamientos de los Cañeros... Se fue el Gran Ronal, dejando una honda huella dentro de los Cañeros de Mochis, descanse en paz.
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